Cambia Tu Postura y Cambia Cómo Te Sientes

Un psicólogo llamado Thompson hizo un experimento con sus pacientes, en donde les preguntó ¿si estaban llorando porque se sentían tristes o si estaban tristes porque estaban llorando? A continuación, recomendó un ejercicio en donde tenían que sentarse, respirar, cerrar sus ojos y poner sus manos juntas como si estuvieran rezando y simplemente esperar. Después, les preguntó si sintieron algún cambio y todos los pacientes estuvieron de acuerdo en que simplemente esa postura les había cambiado su estado de animo.

Todos vivimos nuestra vida y actuamos según ciertas posturas que nuestro cuerpo ha memorizado. La expresión de nuestra cara, cómo nos comportamos, nuestra respiración, el color de nuestra ropa, nuestros modales y más, son representaciones de nuestros hábitos.

Las posturas son repeticiones de movimientos constructivos o destructivos y estas posturas llenan al cuerpo de energía, buena o mala, según el movimiento que represente la postura.

Si nos damos cuenta de que no estamos de buen humor, examinemos y volvámonos conscientes de nuestra postura en ese momento. Debes volverte consciente de la tensión que está creando tu postura en tu pecho que no está permitiendo que entre nuevo oxigeno a tu sistema. Observa cómo los músculos del estomago también se tensan. Obsérvate al espejo y date cuenta de la tensión en tu frente y en el contorno de tus ojos. Observa como tus manos tiemblan ligeramente.

Un gran remedio para cambiar una postura instantáneamente es hacer lo del párrafo anterior y al verte al espejo, exagerar en tu mente el reflejo y convertirlo en una caricatura y solo comiénzate a reír de lo ridículo que te estás viendo y en ese instante, como una serpiente cambiando de piel, tu imagina también que te estás poniendo una nueva piel, libre de nudos y de tensión.

Debemos siempre asegurarnos de que nuestra postura refleje una actitud externa de fuerza, salud, flexibilidad y confianza y te asombrarás lo rápido que puedes cambiar tu estado interno.

Nuestra postura determina si estamos permitiendo que nuestro cuerpo sea un flexible vehículo de creación o si estamos permitiendo que los eventos externos desgasten al vehículo rápidamente.

La atención consciente es el comienzo de la libertad y es la atención consciente lo que te permite cambiar tu postura.

Las posturas son una proyección de nuestro subconsciente, reflejando lo que realmente pensamos y creemos de nosotros mismos. Nunca permitas que la mala postura determine tu actitud y tu mundo interno.

 

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