¿Cómo Afectan Tus Pensamientos A Tus Chakras?

Nuestros pensamientos y emociones tienen una gran influencia en nuestros centros de energía, también conocidos como chakras, especialmente, los primeros tres centros, los cuales se relacionan a emociones de poder, victimización y reproducción sexual.

La mayoría de la gente vive en estos tres centros de energía todo el tiempo, es decir, todos sus pensamientos tienen que ver con alguna de estas emociones y rara vez tienen pensamientos elevados de amor incondicional o de iluminación, los cuales corresponden a los otros cuatro centros que comienzan en el corazón y terminan en la parte superior de nuestra cabeza.

Cada chakra tiene su propia energía, su propia información, glándulas, hormonas, química, su propio mini cerebro y su propia mente. Estos mini cerebros se vuelven programados en el cuerpo para operar subconscientemente a través del sistema autonómico del cuerpo. Cada centro de energía tiene su propia conciencia.

Digamos que tienes un pensamiento como “mi jefe es injusto”. Ese pensamiento activa un sistema neurológico, que te hace tener otro pensamiento inmediatamente como “no gano suficiente” y entre más tengas estos pensamientos, más sigues activando ese circuito neurológico, lo cual hace que tengas aun más pensamientos de victimización y sufrimiento.

Tus pensamientos comienzan a crear una imagen mental en tu cerebro, en donde te ves como una persona enojada. Si aceptas esta imagen mental sin analizar su validez, entonces, los neurotransmisores, que son como mensajeros químicos del cuerpo, envían esa información de enojo a todas las neuronas de tu cerebro, creando un estado mental de enojo y comienzan a afectar los neuropeptidos.

Los neuropeptidos son moleculas de emoción y activan ciertas glándulas en el cuerpo. Cuando estas glándulas se activan, sueltan hormonas y esto hace que literalmente comiences a sentir mucho enojo y como consecuencia, comienzas a emitir una vibración energética que le dice al universo “envíame más razones para sentir este enojo”, y el universo te obedece.

Si no aprendes esta información y logras volverte consciente de tus pensamientos y emociones, este ciclo destructivo puede durar décadas, ya que esos circuitos neuronales del cerebro se vuelven cada vez más fuertes, condicionando al cuerpo a que se quede viviendo con una emoción del pasado.

El cuerpo se vuelve la mente del enojo y ese enojo ya no está en tu mente, sino que esa emoción de enojo se acumula como energía destructiva en el cuerpo. Así que esa emoción, la cual se originó en un inicio en la mente, con el tiempo se acumula en el cuerpo como energía y se queda atorada en el tercer centro de energía, el cual está un poco más abajo del corazón.

Esta energía atorada comienza a producir efectos biológicos como fatiga, problemas digestivos, problemas de riñón y un sistema inmune débil, sin mencionar otras emociones como frustración, impaciencia o intolerancia.

Si con el tiempo ese ciclo no se logra romper, toda la energía creativa que tenemos dentro de nosotros para crear lo que queramos, como una nueva realidad, se convierte en enojo, amargura, frustración y odio.

Así es como nuestros pensamientos llegan a condicionar a nuestro cuerpo para que se vuelva la mente de cualquier emoción que estemos sintiendo y es así como la energía se acumula en ciertos centros de energía.

Aprender el significado de cada centro de energía te puede ayudar a asociar dolores físicos con pensamientos que has estado teniendo.

Si estás constantemente preocupado por lo que otros piensen de ti, tu energía está atorada en el primer centro. Si sientes culpa, depresión y miedo, tu energía esta atorada en el segundo centro. Si tienes problemas de enojo, juicio y frustración, tu energía está atorada en el tercer centro.

Con el tiempo, el cuerpo se vuelve la mente de esa emoción y una vez que esa energía se queda atorada en uno de estos tres centros de energía, el cuerpo literalmente está viviendo en el pasado.

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