Imagina Que Eres Exitoso

El cerebro y el sistema nervioso están diseñados de tal forma que pueden reaccionar a problemas y retos de forma automática. Por ejemplo, una persona no necesita ponerse a pensar que hacer si se encuentra a un oso en el bosque. No necesita decidir si debe ponerse nervioso, esa respuesta de sobrevivencia es automática.

Primero, esa respuesta hace que la persona quiera escapar de la situación y ese miedo activa los mecanismos en su cuerpo que permiten que pueda correr más rápido que nunca, que su corazón comience a latir más rápido y que la adrenalina llegue a su sangre.

Son el cerebro y el sistema nervioso los cuales reaccionan automáticamente al medio ambiente y son este mismo cerebro y sistema nervioso lo cual nos dicen cuál es el medio ambiente. Las reacciones de una persona huyendo de un oso fueron causadas por una idea. Fue una idea, información recibida del mundo externo, la cual fue evaluada por el lóbulo frontal o parte analítica del cerebro, lo cual activó esas respuestas de sobrevivencia.

Fue básicamente una idea lo cual fue la causa. Esa persona reaccionó a lo que pensó, creyó o imaginó de su medio ambiente.

Los mensajes que recibimos del medio ambiente consisten en impulsos nerviosos de los órganos involucrados con los cinco sentidos. Estos impulsos son decodificados, interpretados y evaluados en el cerebro y el cerebro nos comunica estos impulsos en la forma de ideas o imágenes mentales. En pocas palabras, reaccionamos a estas imágenes mentales.

Actuamos y sentimos no acorde a cómo son las cosas sino a la imagen que tenemos de esas cosas en nuestra mente. Cada uno de nosotros tiene una imagen mental acerca del mundo y de las personas y nos comportamos según estas imágenes.

Saber que nuestras acciones, emociones y comportamiento son el resultado de nuestras imágenes mentales, nos da la clave para vivir de forma exitosa.

El uso de la visualización, donde creamos imágenes mentales, nos da la oportunidad de practicar o ensayar nuevas características o actitudes y esto es gracias a que el sistema nervioso no puede diferenciar entre una experiencia actual y una imaginada claramente.

Si nos imaginamos actuando de cierta forma, eventualmente comenzamos a actuar de esa forma.

Hay un experimento muy famoso en donde se tomó a un grupo de estudiantes para ver cuantos tiros libres podían encestar jugando basquetbol. Un grupo tuvo que practicar todos los días por 20 días. Otro grupo no practicó para nada y el tercer grupo, tuvo que visualizar que encestaban cada tiro durante 20 días.

El primer grupo, el cual practicó 20 minutos al dial mejoró 24%. El segundo grupo que no practicó de ninguna forma, no mejoró para nada y el tercer grupo, que practicó en su imaginación, mejoró 23%.

Actores de cine, atletas profesionales, empresarios súper exitosos, todos comprueban el uso del poder de la visualización.

Si el cerebro y el sistema nervioso no saben la diferencia entre algo real y algo imaginado y si nuestras acciones y comportamiento responden a nuestras imágenes mentales, entonces, ¿porque no empezar a imaginar cada noche antes de irnos a dormir, que ya somos todo aquello que queremos ser?

 

 

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