La Ley de la Correspondencia

El limite de nuestra habilidad para manifestar depende en nuestra habilidad de crear un equivalente mental de nuestros deseos, ya que la ley de la correspondencia trabaja a partir de la creencia. Pero está dentro de nuestro poder el suministrar o crear este equivalente mental a través de la expansión de la conciencia y al expandirnos en conciencia, llegamos por fin a un estado de libertad.

Lo que sea que manifestemos hoy, mañana o el día siguiente, no es tan importante como la tendencia que toman nuestros pensamientos, es decir, la actitud dominante de nuestra mente. Si todos los días, las cosas mejoran cada vez más y más, si cada vez no sentimos más felices, más sanos y alegres, si cada día estamos expresando más vida, entonces estamos en la dirección correcta.

Así que meditamos todos los días enfocándonos en nuestro espíritu o Dios. Al contactar este principio de vida, el cual es perfecto y completo y no necesita ni quiere nada y sabe todo y está siempre feliz y satisfecho, al meditar diario en esta presencia, comenzamos a adquirir un equivalente mental más elevado.

Para aquellas personas que tienen el habito de pensar limitadamente, una buena practica es pensar todos los días en la magnitud del universo. Piensa en cuantas estrellas hay, cuantos peces hay en el mar, cuantos granos de arena hay en una playa. Piensa en la inmensidad del océano, del espacio y la grandeza de la naturaleza.

Piensa, visualiza y siente la actividad de esta presencia en donde sea que estés y adonde sea que vayas. Recuerda que el universo es el resultado de la auto contemplación de Dios. De misma forma, nuestra vida es el resultado de nuestras propias auto contemplaciones.

Nada es real para nosotros al menos que nosotros lo hagamos real en nuestra mente. Nada puede tocarnos al menos que lo permitamos. Rehúsate a permitir que tus emociones sean lastimadas. Rehúsate a recibir la condenación de otros.

En la independencia de tu propia mente, contempla lo grande que eres. Esta no es una ilusión ni un pensamiento positivo, es una verdad.