La Ley Del Deseo

Debajo de cada deseo hay una razón. Aunque no estés consciente de cual sea esa razón, entender esta ley puede acelerar la manifestación de ese deseo.

Para poder alinearnos con las fuerzas de esta ley universal, debemos tener una intención pura y nunca tener la intención de manipular o tener desesperación o miedo. En otras palabras, tu motivación debe ser genuina, sana y honorable hacia ti y hacia los demás. Esta ley nos explica la razón por la cual deseamos algo.

Esta ley del deseo nos dice que cuando somos motivados por una intención pura, una libre de duda, miedo y desesperación, estamos asegurando una manifestación positiva de ese deseo. La libertad del miedo cambia la energía de una negatividad y resistencia a una positiva de receptividad.

Las motivaciones que son basadas en miedo o que están llenas de duda, solamente crean una energía obscura al rededor de ese deseo. Por lo general, estas emociones se originan en la desesperación y la desesperación tiene una energía repulsiva que solo aleja lo que deseas atraer.

La señal del miedo es negativa y muy clara. Nos hace tener pensamientos como “soy incapaz, no merezco, no se que hacer”. Con este tipo de energía, solo atraemos situaciones que hacen esas conclusiones una realidad.

Las emociones de miedo y duda solo opacan la energía positiva que somos capaces de enviar y solo sabotean la manifestación de nuestros deseos. El motor de un deseo puro es encendido por una intención honesta y honorable, llena de energía positiva, entusiasmo y expectativa de recibir. Es esencial que tus deseos sean acompañados por estas emociones o cualidades.

No es inusual que una persona tenga diferentes emociones asociadas a un deseo. Por ejemplo, por un lado, tienen el deseo de ser ricos, pero, por otro lado, tiene la creencia limitante que impide tener la expectativa de recibir y esto hace que el deseo tenga una energía de desesperación y de confusión. Intelectualmente, estás diciendo “quiero ser rico” pero emocionalmente estás enviando una señal que dice “no soy rico y no creo que vaya a ser rico”. ¿A que creencia o emoción crees que va a responder más el universo?

Energéticamente, las emociones negativas están más cargadas de emoción que las positivas. Entre más desesperados nos volvemos por tener algo, más lo alejamos.

Así que no es suficiente tener un deseo, debes también saber que lo mereces. Para que tus deseos sean puros, debes, genuinamente creer que mereces tener ese deseo.

La necesidad de tener que saber el cuando y el cómo y todos los detalles de una manifestación y simplemente aceptar y relajarte es la clave para recibir. Es imposible tener un deseo puro cuando sientes desesperación, ya que tu motivación viene más del miedo que de la fe.

Repite estas afirmaciones antes de dormir y trata de sentir cada palabra intensamente.

Yo soy una persona valiosa y merezco riqueza, abundancia y felicidad.

Yo se lo que quiero. Yo se que lo puedo tener y me emociona saber que estoy creando mi futuro.

Yo se que merezco lo mejor.

 

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