La Oración Es Esencial Para La Felicidad

La oración, en realidad, debe ser un acto de aceptación. A través del acto de la oración, estamos reconociendo una ley espiritual, la cual siempre ha existido y a través de este acto nos alineamos con esta ley.

La oración es constructiva, ya que nos permite establecer contacto con la fuente de toda sabiduría y de esta forma, nos volvemos menos influenciables para personas o situaciones en nuestro mundo externo. A través del acto de la oración, ponemos en movimiento la ley del espíritu en nuestra vida.

La oración es esencial para el bienestar consciente del alma. Así como el fuego puede calentar al cuerpo y el alimento nos da fuerza, también hay una transfusión de una fuerza invisible cuando hacemos comunión con nuestro interior. Esta comunión consciente de nuestro pensamiento con el espíritu es esencial para el bienestar de cada parte de nuestro ser.

Si pensamos que Dios es como un dictador que vive en el cielo, algo aparte de nosotros, entonces seguramente vamos a creer que estamos desconectados de esta presencia infinita y la consecuencia es que comenzamos a tener pensamientos de miedo, duda y estrés. Pero si sabemos que Dios es nuestra presencia interior, entonces el acto de la oración es simplemente una forma de comunicarte con esta presencia.

Como seres humanos, es esencial que tengamos esta unión consciente con la mente infinita. Esto es igual de necesario a la necesidad de alimento y agua del cuerpo físico para poder existir.

La causa y el efecto son dos lados del pensamiento y el espíritu, siendo todo, es la causa y el efecto. La respuesta a cualquier oración, entonces, se encuentra en la misma oración.

Antes de que podamos formar la oración en palabras, Dios ya ha contestado esa oración, pero si nuestra oración es una de creencia parcial o débil, entonces siempre tendremos duda y como consecuencia, nunca obtendremos respuesta.

Debemos aprender a ir a nuestro interior y comunicarnos con esta presencia como una presencia que sabe siempre que hacer y todos los días debemos tomarnos el tiempo para hacer esta comunión.

Vale demasiado la pena esta comunión, el acto de sentir esta presencia y el contacto con el espíritu es directo, es a través de nuestra propia conciencia.