Los 7 Cuerpos y la Presencia Yo Soy

La presencia Yo Soy, la cual es la inteligencia de vida y conciencia dentro de cada uno de nosotros, es un enfoque individualizado de la presencia llamada Dios, la cual se conecta al corazón del cuerpo físico a través de un hilo plateado, según las enseñanzas de varios maestros ascendidos.

Esta presencia Yo Soy es el nuestro yo verdadero, es el ser por el cual vamos a seguir funcionando una vez que pasemos a otro plano de existencia. Esta presencia es el Dios interior y lo único que conoce es perfección. Esta presencia Yo Soy es tu ser permanente, el cual es eterno.

Este enfoque individualizado tiene el mismo poder que la presencia Dios y esta presencia Yo Soy puede pensar y crear a través del uso de la imaginación, así como la libre voluntad. Cuando llegamos a este planeta, nuestra presencia de Dios era lo más visible y a través del poder de las emociones, las cuales le dan energía a los pensamientos, podíamos manifestar instantáneamente.

Cuando el ser humano dejó de darle su atención a esta presencia Yo Soy, la cual es como una flama que solo puede expandirse a través de la atención y el amor, empezó a darle su atención a todas las formas externas y de esta manera, el ser humano comenzó a alejarse cada vez más  y más de su verdadera naturaleza.

Al rededor de esta presencia Yo Soy tenemos diferentes cuerpos, los cuales forman siete bandas de diferente color al rededor del cuerpo.

Comenzando con el cuerpo causal, el cual es el cuerpo que contiene toda la energía positiva acumulada a través de las miles reencarnaciones que hemos vivido.

A continuación le sigue el ser de Cristo, según las enseñanzas de los maestros ascendidos. Cuando el individuo decide buscar un vehículo por el cual pueda expresarse, este ser de Cristo entra en acción y es la provisión que la presencia Yo Soy ha creado para asistir al ser humano y de hecho, es una replica de la presencia Yo Soy pero a un grado vibratorio más bajo.

Este ser de Cristo está ubicado entre la presencia Yo Soy y el cuerpo físico y regula la cantidad de energía que fluye a través de ese hilo o cuerda plateada.

El siguiente cuerpo es el cuerpo mental, el cual fue diseñado para ser como el recipiente de ideas divinas. Este cuerpo tiene el poder de moldear esas ideas y darles vida a través del poder de la mente y conciencia.

Este cuerpo fue hecho para ser el instrumento que reciba visión perfecta y pueda construir imágenes basándonos en esas visiones para de esta forma, manifestar solo perfección. Es solo cuando el ser humano comenzó a tener imágenes de competencia, enojo y envidia cuando empezó a manifestar imperfección.

A este cuerpo le sigue el cuerpo emocional, el cual contiene todas las palabras y pensamientos que llegamos a sentir. Su uso correcto es el de alimentar al cuerpo con emociones de positividad para que el cuerpo mental pueda darle vida a esas visiones que ha recibido. Así que el uso correcto de este cuerpo emocional está en el control total de las emociones.

A continuación, sigue el cuerpo eterico, donde se contienen todas las memorias, pensamientos y emociones de encarnaciones previas, tanto buenas como malas. La acumulación de estas memorias le da vida al alma y por esta razón, el cuerpo eterico es la envoltura del alma.

Este cuerpo eterico es el que está más conectado al cuerpo físico y es el cuerpo que usamos cuando viajamos en la noche en nuestros sueños, así que entre más puro sea este cuerpo, más sensible se vuelve a la divinidad, lo cual le ayuda al cuerpo físico a recordar su origen y reconocer la verdad de su naturaleza.

Algo importante que mencionar de este cuerpo eterico es que cualquier emoción profunda deja una huella o cicatriz, ya sea buena o mala, en este cuerpo.

Ahora llegamos al cuerpo físico. El cuerpo físico es lo que la da a la presencia Yo Soy un vehículo por el cual pueda explorar, crear y expandirse. En pocas palabras, nuestro cuerpo físico es el tempo de nuestro Dios interior.

Esa cuerda o hilo plateado entra al cuerpo físico a través del séptimo chakra de la corona y nos da una conexión tanto con el ser de Cristo como la presencia Yo Soy. Sin esta conexión, el cuerpo físico no podría operar y la muerta seria segura.

El cerebro es el órgano físico por el cual la mente funciona y registra impresiones del mundo externo. El cerebro es el vehículo de la mente.

A través del uso correcto de las palabras creativas Yo Soy y al limpiar y purificar los otros cuerpos, podemos construir un nuevo mundo que refleje esa perfección.

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