Manteniendo El Nuevo Equivalente Mental

Si quieres comprobar tu poder mental, puedes hacer un experimento.

Elige un solo problema que tengas actualmente, algo que quieras eliminar o algo que quieras manifestar. Una vez que hayas seleccionado, elige el pensamiento o imagen mental de lo opuesto a lo que deseas eliminar o lo que represente lo que deseas manifestar. Piensa bien en el pensamiento que vas a usar.

No tienes que decirle a nadie de este experimento, solo toma ese problema que quieres eliminar, elige el pensamiento que va a sustituir a ese problema (la solución del problema) y concéntrate en ese pensamiento por 30 días. Quizás pienses que 30 días es mucho, pero te garantizo que si logras cambiar el equivalente mental y mantenerlo cambiado por 30 días, te vas a sorprender de los resultados.

Una vez que cambies el equivalente mental y lo mantengas cambiado, quizás la solución o la manifestación de lo que deseas llegue en unas horas, pero lo que hay que evitar es constantemente ver o checar si ya se hizo la manifestación, ya que eso es reafirmar la existencia de la condición que deseamos cambiar.

El secreto está en mantener cambiado el equivalente mental, mantener el pensamiento expresando en silencio la condición que deseamos producir.

Al cambiar tu mente y alejarte del problema y comenzar a concentrarte en la solución, estás construyendo un nuevo equivalente mental y este equivalente mental será de armonía y éxito, lo cual, se reflejará en tu mundo externo.

El poder del habito es tan fuerte que te darás cuenta de que esto no se logra tan fácil, ya que, sin control, la mente vuelve a pensar en lo mismo de siempre, pero si eres persistente, podrás vencer a este habito y comenzar a desarrollar el habito de pensar en lo que si quieres manifestar.

Algo importante es que mientras hagas este experimento, no sigas hablando del problema, más bien, siente como si la solución ya la tienes, aunque no tengas la mínima idea de cual es la solución, solo siente como si ya está resuelto el problema. SI logras hacer esto, la nueva condición se reflejará en tu mundo externo en poco tiempo.

Aquí es donde entra la importancia de la meditación y de la oración, porque si meditamos o rezamos sabiendo que estamos haciendo comunión con nuestro Dios interno, en vez de solo meditar porque creemos que tenemos que meditar o rezar, obtendremos resultados muy rápido.

Recuerda, que el enemigo de la meditación y de la oración es la tensión. Cuando estás tenso, es porque estás trabajando de afuera hacia adentro en vez de adentro hacia afuera. Siempre debes estar consciente de que la puerta al alma se abre hacia adentro, lo cual significa que tu Dios puede resolver tu problema pero primero debes ir a tu interior y entregar ese nuevo equivalente mental.

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