Procrastinar Es Un Hábito

Siempre procrastinamos en aquellas actividades que nos hacen sentir incomodos. Estudios médicos hechos con encefalogramas muestran cómo, por ejemplo, estudiantes que odian las matemáticas procrastinan en esta área de la escuela porque simplemente al pensar en matemáticas, el área del cerebro asociado con el dolor se ilumina.

Pero algo importante que aclarar es no fue la actividad lo que fue doloroso para el cerebro del estudiante, sino la anticipación de la actividad. Cuando estos estudiantes hicieron la actividad, ese dolor desapareció del cerebro. Simplemente, el temor y estrés producido al anticipar absorbe más energía del cerebro que hacer la actividad.

Evitar algo doloroso hace sentido, sin embargo, los efectos de largo plazo de crear este habito no son tan buenos. Por ejemplo, si procrastinas en estudiar matemáticas, cada vez se vuelve más doloroso el simple hecho de pensar en matemáticas.

El acto de procrastinar es un simple acto que te puede llevar a un mal habito. Un habito, tiene la influencia de afectar muchas áreas en tu vida y si cambias un mal habito, nuevas oportunidades comienzan a aparecer en tu vida. Algo importante es que es fácil sentir ansiedad, estrés o tensión en pensar en una actividad en la cual crees que no tienes talento, pero entre menos procrastines y más practicas, tu cerebro comienza a desarrollar las conexiones neurológicas necesarias para que encuentres satisfacción en esa actividad.

Procrastinar es como un ciclo repetitivo en donde piensas en algo que no te gusta, se encienden los centros del cerebro asociados con la emoción del dolor y entonces te obligas a pensar en algo que te guste un poco más. Este cambio de atención es como una droga, al principio se puede sentir bien, pero el efecto es temporal.

Procrastinar es como una adicción. Ofrece diversión y escape temporal de la realidad y es fácil mentirte a ti mismo diciendo algo como “voy a checar mi Facebook antes de comenzar a trabajar porque aun no estoy listo para empezar mi trabajo”.

Psicólogos han encontrado que procrastinar hasta se puede volver un acto de orgullo, como cuando estudiantes dicen “estudie toda la noche para el examen y también complete mi otro proyecto porque no pude hacerlo antes con tantas cosas que tengo que hacer”.

Como cualquier habito, procrastinar es una trampa en la cual fácilmente puedes caer. Con el tiempo, comienzas a ser como un zombie que responde automáticamente al buscar placer instantáneo en vez de hacer lo que tienes que hacer, lo cual gradualmente reduce tu autoestima y efectividad.

Las personas que procrastinan sufren de más estrés, peor salud y peores calificaciones y resultados en el trabajo.

1 comentario

Fernando Castillo Bellido

muy bueno Gracias

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