Recordando Nuestro Antiguo Pasado

Todo en este universo está conectado. Existe una sola realidad y una sola mente, sin embargo, esa realidad puede ser interpretada de una forma ilimitada. De hecho, la infinidad es lo que representa a la forma en que esta realidad puede ser interpretada. Existen ciertas realidades que un cierto numero de personas en el mundo han aceptado y a estas diferentes realidades les podemos llamar niveles de conciencia.

Durante un punto en la historia de este planeta, el ser humano existía en un nivel muy alto de conciencia, mucho más alto de lo que podemos ver hoy. Como consecuencia de ciertos eventos que ocurrieron en un pasado muy lejano, como la caída de Atlántida, la humanidad comenzó a descender niveles y dimensiones, cada vez llegando a un nivel de conciencia que es mucho más lento y denso. Esta es la realidad conocida como realidad tridimensional, la cual es la realidad que vivimos todos los días en este planeta con este cuerpo físico.

Cuando el ser humano descendió, fue como descender en caída libre por un espiral de conciencia, cayendo cada vez más y más bajo. Cuando llegamos a esta dimensión, hubieron ciertos cambios específicos, tanto fisiológicos como la forma en la cual nos relacionamos con esa única realidad.

Uno de los principales cambios fue la forma en la que respirábamos algo llamado prana, lo cual es la fuerza de vida y energía del universo. Prana es más importante para nuestra sobrevivencia que el agua, comida o cualquier otra sustancia y la forma en la que consumimos prana afecta radicalmente la forma en la cual percibimos nuestra realidad.

Antes de descender en conciencia, la forma en la que inhalábamos y consumíamos esta fuerza de vida estaba directamente relacionada al campo electromagnético que rodea nuestro cuerpo. Todas las formas energéticas en nuestro campo eran geométricas, como el tetraedro.

Existe un tubo invisible, el cual viaja a través de la columna vertebral que va de la región de la pelvis hasta el centro de la cabeza, por el cual corre esta energía y activa diferentes centros de energía llamados chakras.

Antes de nuestra caída, el ser humano podía simultáneamente mover esta energía hacia arriba y hacia abajo, permitiendo que dos flujos de prana se concentraran al mismo tiempo en un chakra en particular.

Otro punto muy importante en el cuerpo del ser humano es la glándula pineal, la cual se localiza en el centro de la cabeza a la altura de las cejas y este punto es muy importante para la conciencia.

A través del tiempo, esta glándula ha perdido gran parte de su tamaño original. La energía del prana solía fluir a través del centro de la glándula pineal y dentro de esta glándula, existía toda la comprensión necesaria para entender exactamente cómo fue creada esta realidad. De hecho, esta información sigue ahí, solo que hemos perdido casi toda nuestra habilidad de actividad esta glándula, al menos que la activemos a través de ciertas técnicas de meditación,

Con esa caída del ser humano, perdimos casi todo el acceso a esa sabiduría infinita y también, comenzamos a respirar de forma diferente y en vez de consumir este prana a través de la glándula pineal para que fluya libremente por el tubo invisible de la columna vertebral, comenzamos a inhalar y a exhalar usando la nariz y la boca. Esto causó que comenzáramos a percibir la realidad de una forma totalmente diferente y comenzamos a ver polaridad, es decir, comenzamos a juzgar la realidad como buena o mala.

El resultado de esta polaridad nos ha hecho pensar que somos nuestro cuerpo físico y que estamos separados de todos los otros cuerpos que vemos, pero esto es solo una ilusión y por más real que se sienta, debemos recordar que la forma en la que percibimos la realidad de todos los días es una realidad que hemos permitido que el cuerpo físico defina, en vez de nuestra conciencia.

Lo que debemos hacer es volver a ascender ese espiral de conciencia y si estás leyendo este articulo, entonces ya estás en ese proceso.

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