Somos El Resultado de Nuestro Pensamiento

El pensamiento es un movimiento interno, el cual es el resultado de la percepción que cada uno tiene acerca de la vida y su reacción a ella. Cada vez que este movimiento ocurre, ocurre en la mente.

Estamos lidiando con el mismo poder que le da forma a los planetas y el limite de nuestra habilidad de usar este poder depende de nuestra comprensión de el.

Estamos lidiando con un poder neutral y creativo, algo igual a la electricidad u otra fuerza natural.

Cada uno de nosotros es hoy el resultado del uso que le ha dado a esta ley, ya sea de forma consciente o inconsciente. Tan pronto nos demos cuenta de esto, podremos ver que lo que somos hoy es el resultado de todo lo que hemos pensado y la respuesta a que seremos en el futuro depende de lo que pensemos hoy, ya que el poder que tenemos es el hecho de que en cualquier momento podemos cambiar nuestro pensamiento.

Las personas piensan que pueden pensar algo y una vez que lo piensan, ese pensamiento desaparece, pero esto no es el caso, ya que el pensamiento se vuelve algo real en la mente, como una semilla plantada en tierra fértil y al menos que ese pensamiento sea neutralizado, se queda impregnado en la mente y determina la atracción y repulsión en nuestra experiencia de vida.

Lo que sea que pensemos, sintamos, creamos, visualicemos, imaginemos o afirmemos, se vuelve un estado subjetivo de nuestro pensamiento, el cual es nuestro uso individualizado de la mente universal. Lo que sea que esté en el lado subjetivo de nuestro pensamiento regresa a nuestra vida como una experiencia o condición. En pocas palabras, cada uno de nosotros está en control de su destino.

Existe una vida infinita actuando a través de una ley y esta ley es mental. La ley es la mente en acción. Estamos rodeados de una sustancia que piensa, la cual es infinita, subconsciente, impersonal, neutral, plástica y omnipresente y la cual, en su estado original, se encuentra en cada milímetro del universo.

Al impresionar nuestro pensamiento en esta sustancia, podemos causar que produzca para nosotros aquello que pensemos.